Material:
Miniatura de resina color gris.
Escala:
32mm
Base:
Base cuadrada de plástico negro liso.
(Opcional base texturada de resina, ver categoría "Bases")
Los Caballeros del Grial son reverenciados como santos vivientes y sus hazañas se cuentan en toda Bretonia. Su poder es devastador, debido a que están tocados por el poder de la Dama del Lago.
Cuando un Caballero Andante ha probado su valor y su pureza más allá de toda duda, la Dama del Lago se le aparece en una visión y le recompensa no solo con una imagen del Grial, sino con la posibilidad de beber de él. Son pocos aquellos con permiso para sorber de este cáliz, la más sagrada de las reliquias bretonianas, y solo los caballeros de una pureza sin tacha sobreviven al trago de las aguas benditas del lago. Aquellos que beben del místico cáliz cambian para siempre, pues se les otorga una vida mucho más larga que a otro mortal junto con otros extraños regalos. Desde ese momento, el caballero se encomienda al servicio de la Dama y del Grial, un vínculo que solo se romperá con la muerte.
Los caballeros del Grial son los dechados de la caballería bretoniana. Son escasos, pero como muchos suelen viajar, la mayoría de los bretonianos han visto uno en al menos una ocasión. Gran parte del campesinado los trata como si fueran santos, y la actitud de muchos nobles no es muy distinta (los caballeros del Grial se cuentan entre los mejores guerreros de todo el Viejo Mundo). También son, sin excepción, verdaderamente nobles, y defienden todas las virtudes caballerescas.
A veces, los caballeros del Grial regresan a la jerarquía feudal. Sin embargo, ningún caballero del Grial jura lealtad a un señor que no sea también caballero del Grial, y al único al que servirían como simples caballeros de corte es al mismísimo rey. Como el rey de Bretonia siempre es un caballero del Grial, la mayoría de los caballeros del Grial juran lealtad directamente al rey, evitando así la posibilidad de verse en una situación incomoda si su heredero no es también caballero del Grial.
No obstante, muchos caballeros del Grial eligen vivir un poco apartados de la sociedad normal. Algunos se instalan en un santuario del Grial y se dedican a proteger la periferia. Otros vagan por los caminos como si fueran caballeros noveles, desfaciendo entuertos dondequiera que los encuentran. Estos son los caballeros del Grial con mayor probabilidad de atraer a un séquito de peregrinos del Grial. Al final, ningún bretoniano cuestiona las decisiones de un caballero del Grial. Si decide confraternizar con campesinos y extranjeros, debe tener buenas razones para ello. De este modo, los caballeros de Grial pueden ejercer de aventureros sin ningún impedimento.
Cuando el viaje de uno de estos caballeros le lleva a cruzar un pueblo o ciudad, la muchedumbre se agrupará a su alrededor para al menos tocar a uno de los campeones de la Dama y, así, compartir su santidad. Los Caballeros del Grial atraen el respeto de todos aquellos que los escuchan, ya sean duques o campesinos. De hecho, sólo un necio hablará en contra de un Caballero del Grial, ya que su ira es terrible y sus palabras son las de la mismísima Dama. Incluso en el pueblo más aislado y remoto del reino la gente ha oído hablar de la virtud de estos caballeros y de los gloriosos actos que han realizado en nombre de la Dama.
Cada Caballero del Grial adquiere el deber de proteger los lugares sagrados de la Dama. Normalmente se trata de lugares corrientes: una capilla abandonada, un lago, un bosquecillo, pero todos ellos son sagrados para los Caballeros del Grial. Cuando una criatura corrupta pone un pie en uno de estos sitios, tendrá que vérselas con la terrible furia del defensor de aquel lugar, ya que un Caballero del Grial nunca abandonará la defensa de las tierras de la Dama y sólo dejará ese lugar sagrado en tiempos de gran necesidad, tras haber cambiado una vida de lujos por otra de servicio. Aunque algunos duques renuncian a sus títulos para llevar a cabo su búsqueda, muchos de ellos deciden que no hay mejor manera de guardar los lugares sagrados de la Dama que defendiendo toda la tierra, con lo que ni pierden ni sus títulos ni sus responsabilidades.
Para la gente común de Bretonia, los Caballeros del Grial conforman un panteón viviente de deidades vivas cuyos nombres son reverenciados en una oración por todo el reino, incluso algunos de ellos son alabados por sus propios méritos. Son incansables y no conocen el miedo, las dificultades ni la desesperanza, y esas palabras y actos quedan inmortalizados para toda la vida. Cinco siglos después de su muerte, son muchos los que recuerdan la terrible luz que envolvía a Riquiard de Brascard mientras acababa con los enemigos de la Dama y muchos dicen que esa es el aura dorada que protege a los Caballeros del Grial de todo mal. Entre los más famosos se encuentra Laudyricus de Couronne, del que se creía que tenía un corazón tan puro y noble que acababa con sus enemigos con solo tocarlos.
$15.000,00
Material:
Miniatura de resina color gris.
Escala:
32mm
Base:
Base cuadrada de plástico negro liso.
(Opcional base texturada de resina, ver categoría "Bases")
Los Caballeros del Grial son reverenciados como santos vivientes y sus hazañas se cuentan en toda Bretonia. Su poder es devastador, debido a que están tocados por el poder de la Dama del Lago.
Cuando un Caballero Andante ha probado su valor y su pureza más allá de toda duda, la Dama del Lago se le aparece en una visión y le recompensa no solo con una imagen del Grial, sino con la posibilidad de beber de él. Son pocos aquellos con permiso para sorber de este cáliz, la más sagrada de las reliquias bretonianas, y solo los caballeros de una pureza sin tacha sobreviven al trago de las aguas benditas del lago. Aquellos que beben del místico cáliz cambian para siempre, pues se les otorga una vida mucho más larga que a otro mortal junto con otros extraños regalos. Desde ese momento, el caballero se encomienda al servicio de la Dama y del Grial, un vínculo que solo se romperá con la muerte.
Los caballeros del Grial son los dechados de la caballería bretoniana. Son escasos, pero como muchos suelen viajar, la mayoría de los bretonianos han visto uno en al menos una ocasión. Gran parte del campesinado los trata como si fueran santos, y la actitud de muchos nobles no es muy distinta (los caballeros del Grial se cuentan entre los mejores guerreros de todo el Viejo Mundo). También son, sin excepción, verdaderamente nobles, y defienden todas las virtudes caballerescas.
A veces, los caballeros del Grial regresan a la jerarquía feudal. Sin embargo, ningún caballero del Grial jura lealtad a un señor que no sea también caballero del Grial, y al único al que servirían como simples caballeros de corte es al mismísimo rey. Como el rey de Bretonia siempre es un caballero del Grial, la mayoría de los caballeros del Grial juran lealtad directamente al rey, evitando así la posibilidad de verse en una situación incomoda si su heredero no es también caballero del Grial.
No obstante, muchos caballeros del Grial eligen vivir un poco apartados de la sociedad normal. Algunos se instalan en un santuario del Grial y se dedican a proteger la periferia. Otros vagan por los caminos como si fueran caballeros noveles, desfaciendo entuertos dondequiera que los encuentran. Estos son los caballeros del Grial con mayor probabilidad de atraer a un séquito de peregrinos del Grial. Al final, ningún bretoniano cuestiona las decisiones de un caballero del Grial. Si decide confraternizar con campesinos y extranjeros, debe tener buenas razones para ello. De este modo, los caballeros de Grial pueden ejercer de aventureros sin ningún impedimento.
Cuando el viaje de uno de estos caballeros le lleva a cruzar un pueblo o ciudad, la muchedumbre se agrupará a su alrededor para al menos tocar a uno de los campeones de la Dama y, así, compartir su santidad. Los Caballeros del Grial atraen el respeto de todos aquellos que los escuchan, ya sean duques o campesinos. De hecho, sólo un necio hablará en contra de un Caballero del Grial, ya que su ira es terrible y sus palabras son las de la mismísima Dama. Incluso en el pueblo más aislado y remoto del reino la gente ha oído hablar de la virtud de estos caballeros y de los gloriosos actos que han realizado en nombre de la Dama.
Cada Caballero del Grial adquiere el deber de proteger los lugares sagrados de la Dama. Normalmente se trata de lugares corrientes: una capilla abandonada, un lago, un bosquecillo, pero todos ellos son sagrados para los Caballeros del Grial. Cuando una criatura corrupta pone un pie en uno de estos sitios, tendrá que vérselas con la terrible furia del defensor de aquel lugar, ya que un Caballero del Grial nunca abandonará la defensa de las tierras de la Dama y sólo dejará ese lugar sagrado en tiempos de gran necesidad, tras haber cambiado una vida de lujos por otra de servicio. Aunque algunos duques renuncian a sus títulos para llevar a cabo su búsqueda, muchos de ellos deciden que no hay mejor manera de guardar los lugares sagrados de la Dama que defendiendo toda la tierra, con lo que ni pierden ni sus títulos ni sus responsabilidades.
Para la gente común de Bretonia, los Caballeros del Grial conforman un panteón viviente de deidades vivas cuyos nombres son reverenciados en una oración por todo el reino, incluso algunos de ellos son alabados por sus propios méritos. Son incansables y no conocen el miedo, las dificultades ni la desesperanza, y esas palabras y actos quedan inmortalizados para toda la vida. Cinco siglos después de su muerte, son muchos los que recuerdan la terrible luz que envolvía a Riquiard de Brascard mientras acababa con los enemigos de la Dama y muchos dicen que esa es el aura dorada que protege a los Caballeros del Grial de todo mal. Entre los más famosos se encuentra Laudyricus de Couronne, del que se creía que tenía un corazón tan puro y noble que acababa con sus enemigos con solo tocarlos.
Mi carrito